Al estar suspendidas las celebraciones comunitarias y públicas de la Santa Misa y por lo tanto no poder recibir a Jesús en la Eucaristía se recomienda la comunión espiritual.
Consiste en orar con fe y con amor, expresando el deseo recibir a Nuestro Señor Jesucristo en el Sacramento de la Eucaristía y pidiendo recibirlo espiritualmente.













