Jn 14,15-21
Ev. Dom 6º Pascua Ciclo A 17
«En aquel tiempo dijo Jesús: “Si me amáis, obedeceréis mis mandamientos. Y yo pediré al Padre que os envíe otro defensor, el Espíritu de la verdad, para que esté siempre con vosotros. Los que son del mundo no lo pueden recibir, porque no lo ven ni lo conocen; pero vosotros lo conocéis, porque él está con vosotros y permanecerá siempre en vosotros. No voy a dejaros abandonados: volveré para estar con vosotros. Dentro de poco, los que son del mundo ya no me verán; pero vosotros me veréis, y viviréis porque yo vivo. En aquel día os daréis cuenta de que yo estoy en mi Padre, y que vosotros estáis en mí y yo en vosotros. El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que me ama. Y mi Padre amará al que me ama, y yo también le amaré y me mostraré a él”.»
No estamos Huérfanos
Una Iglesia formada por cristianos que se relacionan con un Jesús mal conocido, poco amado y apenas recordado de manera rutinaria, es una Iglesia que corre el riesgo de irse extinguiendo. Una comunidad cristiana reunida en torno a un Jesús apagado, que no seduce ni toca los corazones, es una comunidad sin futuro.
En la Iglesia de Jesús necesitamos urgentemente una calidad nueva en nuestra relación con él. Necesitamos comunidades cristianas marcadas por la experiencia viva de Jesús. Todos podemos contribuir a que en la Iglesia se le sienta y se le viva a Jesús de manera nueva. Podemos hacer que sea más de Jesús, que viva más unida a él. ¿Cómo?
Juan recrea en su evangelio la despedida de Jesús en la última cena. Los discípulos intuyen que dentro de muy poco les será arrebatado. ¿Qué será de ellos sin Jesús? ¿A quién le seguirán? ¿Dónde alimentarán su esperanza? Jesús les habla con ternura especial. Antes de dejarlos, quiere hacerles ver cómo podrán vivir unidos a él, incluso después de su muerte.
Antes que nada, ha de quedar grabado en su corazón algo que no han de olvidar jamás: «No os dejaré huérfanos. Volveré». No han de sentirse nunca solos. Jesús les habla de una experiencia nueva que los envolverá y les hará vivir porque los alcanzará en lo más íntimo de su ser. No los olvidará. Vendrá y estará con ellos.
Jesús no podrá ya ser visto con la luz de este mundo, pero podrá ser captado por sus seguidores con los ojos de la fe. ¿No hemos de cuidar y reavivar mucho más esta presencia de Jesús resucitado en medio de nosotros? ¿Cómo vamos a trabajar por un mundo más humano y una Iglesia más evangélica si no le sentimos a él junto a nosotros?
Jesús les habla de una experiencia nueva que hasta ahora no han conocido sus discípulos mientras lo seguían por los caminos de Galilea: «Sabréis que yo estoy con mi Padre y vosotros conmigo». Esta es la experiencia básica que sostiene nuestra fe. En el fondo de nuestro corazón cristiano sabemos que Jesús está con el Padre y nosotros estamos con él. Esto lo cambia todo.
Esta experiencia está alimentada por el amor: «Al que me ama…yo también lo amaré y me revelaré a él». ¿Es posible seguir a Jesús tomando la cruz cada día, sin amarlo y sin sentirnos amados entrañablemente por él? ¿Es posible evitar la decadencia del cristianismo sin reavivar este amor? ¿Qué fuerza podrá mover a la Iglesia si lo dejamos apagar? ¿Quién podrá llenar el vacío de Jesús? ¿Quién podrá sustituir su presencia viva en medio de nosotros?
José Antonio Pagola
«Lectura: “El Espíritu de la verdad permanecerá siempre en vosotros”.
Meditación: El camino interior empieza con una experiencia de vacío. Ese vacío puede ser un matrimonio roto, un proyecto profesional que se ha venido abajo, la pérdida de un ser querido, una larga y difícil enfermedad… Todo comienza cuando nos damos cuenta de que estamos en este mundo, pero en el fondo no somos de él. Percibimos entonces que lo que tenemos no nos satisface, que no será para siempre, que esta vida no es eterna y que, nos queden muchos o pocos años, lo más sensato es ir ya a lo esencial. Entonces comenzamos la vuelta a casa, a nuestro hogar.
Oración: Abre mi corazón para que deje que el Espíritu sea quien guíe mis decisiones y mis actos; para que preste atención a su inspiración.
Acción: Realiza un examen de conciencia para tratar de discernir hacia dónde te conduce Dios. Pablo d´Ors