Nosotros también nos preguntamos con frecuencia: «¿Cómo podemos saber el camino?», el camino que nos toca caminar hoy, tal vez en la noche o en la tiniebla, tal vez después de los caminos recorridos durante tanto tiempo, que nos afianzaron, resultaron intransitables, demasiado escarpados para nuestras fuerzas, demasiado resbaladizos por el barro con que tantos de nuestros errores o nuestras infidelidades los han cubierto. Tantos puentes se derrumbaron, tantos túneles se llenaron de escombros, tantos caminos se volvieron demasiado peligrosos para caminar. Ante esto, resuena claramente la respuesta de Cristo a Tomás, el discípulo desorientado: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. Y añade: “Nadie va al Padre sino por mí” (Jn 14,6).
Para seguir leyendo clic aquí
Hermano Mauro-Giuseppe Lepori OCist
Conferencia al Capítulo General de la OCSO, Asís, 10 de febrero de 2022