Dios llena mi vida con su Presencia continua y constante. Él hace que permanezca en pie ante las adversidades y no sucumba a la tempestad. Él siembra las flores de mis mañanas e ilumina las estrellas de mis noches. Con Él estoy segura porque llego a mi meta.
Salí de Dios y vuelvo a Él, en su abrazo encuentro la felicidad de vivir y espero confiada en el día en el que el velo de la carne desaparezca, entonces le veré cara a cara y sabré que es Él porque el Amor nos une desde siempre.