Ahora es

En este viaje de regreso a lo esencial que es la Cuaresma, el Evangelio nos
propone tres etapas que el Señor nos pide recorrer sin hipocresía y sin
engaños: la limosna, la oración y el ayuno.

¿Para qué sirven? La oración nos une de nuevo con Dios; la caridad con el
prójimo; el ayuno con nosotros mismos. 

Hacia ahí es donde nos invita a mirar la Cuaresma: hacia lo ALTO, con la oración
que nos libra de nuestra vida horizontal y plana en la que encontrarnos tiempo
para el «yo» pero olvidamos a Dios; después hacia el OTRO, con
caridad que nos libra de la vanidad del tener, del pensar que las cosas
son buenas si son para mí. Finalmente nos invita a mirar DENTRO de nosotros
mismos con el ayuno, que nos libra del apego a las cosas de la mundanidad que
anestesia el corazón. 

ORACIÓN, CARIDAD, AYUNO, tres inversiones para un tesoro que no se acaba…

Papa Francisco

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