de María, rogad por nosotros
Un Corazón sin manchas, sin carga de pecado, sin cerrojos para el Amor, sin estancias esclavizadas. Un Corazón puro y santo que ama a Dios sobre todas las cosas y, por Dios y en Dios, a sus criaturas. Un Corazón que responde al modelo de ser humano que el Señor pensó antes de la creación del mundo. Pero un Corazón que se presenta cercado de espinas: incomprensión, desdén, egoísmo, guerras, hambre, aborto, crímenes, blasfemias, ataques a la Iglesia de su Hijo Jesús…Un Corazón Inmaculado que nos pide consuelo.