Santo evangelio según san Mateo (10,26-33):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.»
—————————————————————————Palabra del Señor
“No tengáis miedo de acoger a Cristo y aceptar su poder… No tengáis miedo. Abrid las puertas a Cristo, abridlas de par en par… No tengáis miedo. Cristo sabe ‘lo que hay dentro del hombre’. Sólo Él lo sabe” (Juan Pablo II)
Meditación del Papa Francisco
Yo me repito mucho en esto. Una Iglesia que no sale es una Iglesia “de exquisitos”. Un movimiento eclesial que no sale en misión, es un movimiento “de exquisitos”. Y a lo más, en vez de ir a buscar ovejas para traer, o ayudar o dar testimonio, se dedican al grupito, a peinar ovejas. ¿No? Son peluqueros espirituales. ¿No? Eso no va.
O sea salir, salir de nosotros mismos. Una Iglesia o un movimiento, una comunidad cerrada se enferma. Tiene todas las enfermedades de la cerrazón. Un movimiento, una Iglesia, una comunidad que no sale se equivoca. Pero es tan lindo pedir perdón cuando uno se equivoca. Así que no tengan miedo. Salir en misión. Salir en camino. Somos caminantes. Pero cuidado, santa Teresa lo avisaba, por ahí en el camino, nos gusta un lindo lugar y nos quedamos ahí, ¿no? Nos olvidamos que tenemos que seguir para allá. No quedarnos.
Descansar sí, pero después seguir caminando y caminantes, no errantes. Porque se sale para dar algo. Se sale en misión. Pero no se sale para dar vueltas sobre uno mismo, ¿no?, dentro de un laberinto que ni nosotros mismos podemos comprender. Caminantes y no errantes. (S.S. Francisco, al Movimiento de Schoenstatt, 24 de octubre de 2014).
Porque podéis ser santos.
¡No tengáis miedo! ha nacido el Salvador. Hoy es un día grande y mañana también lo será porque ya Él es allí.
No tengáis miedo porque sois amados por el creador de todo lo que existe.
No tengáis miedo porque Dios se hizo niño para que vosotros lo abracéis.
No tengáis miedo porque si andáis por sus caminos os protegerá de todos vuestros enemigos.
No tengáis miedo porque el miedo es una tentación del maligno que nos vacía del Amor.
No tengáis miedo, mirad a Jesús y a María en el Calvario llenos de fe, esperanza y amor.
No tengáis miedo porque Jesús pidió al Padre por vosotros desde su cruz: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”.
¡No tengáis miedo!