Tan callado, tan callado,
El maravilloso regalo es entregado;
Así Dios entrega a los corazones del hombre
Las bendiciones de Su Cielo.
Ningún oído puede escuchar su venida,
Pero en este mundo de pecado,
Donde las tímidas almas lo van a recibir,
El amado Cristo llega para quedarse..
De “Oh, pequeño pueblo de Belén”