En las manos de Dios

Yo me siento, más que nunca, en las manos de Dios. Eso es lo que he deseado toda mi vida, desde joven.                                                                                                                                    Y eso es también lo único que sigo queriendo ahora. Pero con una diferencia: hoy toda la iniciativa la tiene el Señor. Les aseguro que saberme y sentirme totalmente en sus manos es una profundísima experiencia.

 Pedro Arrupe, S.J.

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